Nuestra estancia se llevó a cabo en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, situado en la capital del estado, Pachuca de Soto. Esta ciudad, conocida como la “Bella Airosa”, debido a los característicos vientos que predominan durante gran parte del año, se encuentra a aproximadamente a una hora y media de la Ciudad de México, lo que la convierte en un punto estratégico cercano a la capital del país. Esta experiencia ha sido fundamental para nuestro crecimiento personal, académico y profesional, ya que nos ha permitido ampliar nuestros conocimientos, fortalecer nuestras habilidades en investigación y explorar nuevos entornos.
El proceso de movilidad también representó un desafío significativo; adaptarnos a una cultura diferente implicó ajustarnos a nuevas dinámicas de vida. A través de esta adaptación, tuvimos la oportunidad de aprender sobre las costumbres del Estado de Hidalgo, incluyendo su gastronomía, festividades locales y lugares históricos importantes, lo que nos permitió apreciar la rica diversidad cultural, patrimonial y social de la región.
Desde el primer momento, nos sentimos acogidas por la amabilidad y hospitalidad de los docentes, estudiantes y personal administrativo de la universidad, así como por la calidez de la comunidad en general, lo que facilitó nuestra adaptación a este nuevo entorno. Las actividades realizadas durante nuestra práctica profesional nos permitieron fortalecer los conocimientos adquiridos en la Universidad de Nariño especialmente en el uso de herramientas cualitativas y cuantitativas para analizar y comprender fenómenos sociales en diversos contextos. Además, tuvimos la oportunidad de relacionarnos con investigadores que abordan temáticas como la migración, el desarrollo rural y urbano, la desigualdad social, la religión y el género. Estas interacciones nos brindaron valiosas perspectivas sobre diferentes proyectos de investigación, ampliando así campos de estudio.
Nuestra asistencia en coloquios, congresos, conversatorios resultó invaluable, ya que, en estos espacios, logramos entender de manera más profunda las problemáticas presentes en México, como las dinámicas migratorias en la frontera norte, las tensiones derivadas del desarrollo desigual entre regiones y las luchas sociales por la equidad de género y los derechos humanos. Asimismo, nuestra participación en dos materias nos proporcionó conocimientos más especializados en el campo de la sociología, enfocándonos en la sociología de la religión y la sociología clínica. Estas materias nos permitieron profundizar en aspectos clave de las relaciones humanas y las estructuras sociales, analizando cómo la religión impacta en las dinámicas de poder, la identidad cultural y los conflictos sociales. Además, nos acercamos a la sociología clínica y su contribución al análisis e intervención en contextos donde las relaciones sociales afectan la salud y el comportamiento, tanto a nivel individual como colectivo.
Finalmente, esta estancia nos ha permitido ampliar nuestra visión frente a las problemáticas sociales que enfrenta el mundo contemporáneo y asumir con mayor responsabilidad nuestro compromiso de contribuir al análisis y transformación de los fenómenos sociales, fundamentados en principios éticos orientados hacia la equidad social y el reconocimiento de la diversidad cultural.